lunes, 24 de agosto de 2009

Los otros mitos de Frankenstein

El anglicismo Fringe designa al conocimiento científico no ortodoxo y a la que muchos consideran una pseudo-ciencia por las controversiales explicaciones que ofrece a fenómenos extraños que ocurren en la naturaleza. También da título a la serie de televisión que los guionistas Roberto Orci y Alex Kurtzman crearon bajo la tutela de ese niño terrible de la televisión norteamericana llamado J.J. Abrams. Como referencia obligada del talento del último podemos mencionar las series Alias y Lost; del trío la maravilla fílmica veraniega Star Trek. Pero esa es otra historia.
Fringe sigue las aventuras de Olivia Dunham (la actriz australiana Ana Torv), agente del FBI asignada a investigar casos que no pueden desentrañarse mediante métodos tradicionales y que guardan una relación aparente que amenaza la seguridad interior de Estados Unidos. Para ello se auxilia del “científico loco” Walter Bishop (John Noble) y de su hijo Peter (Joshua Jackson), un talentoso e inteligente estafador. En la trama subyace una gran conspiración que involucra a una siniestra y multimillonaria transnacional tipo Microsoft (Massive Dynamics) y una organización terrorista que sustenta su cruzada en un misterioso manifiesto que evoca al que escribiera Ted Kaczynski, el profesor universitario y terrorista bautizado por las agencias gubernamentales como el Unabomber.
Si esta sinopsis les recuerda la popular serie Los expedientes secretos X, no se equivocan. De hecho su publicidad insiste en calificar a Fringe como su heredera. Esto es parcialmente acertado. Mientras los agentes Mulder y Scully perseguían amenazas naturales, sobrenaturales (vampiros, muertos reanimados, etc.) y extraterrestres, las del equipo de Fringe tienen explicaciones científicas y pueden inscribirse dentro de los mitos de Frankestein: la creación que se vuelve contra su creador. Así, teletransportación, bestias genéticamente creadas, piroquinesis, experimentos clandestinos con seres humanos y enfermedades extrañas son el pan diario de éstos investigadores.
Fringe es una serie paranoica que indudablemente se cimienta en los horrores del 11 de septiembre y propone una disertación ética sobre el uso adecuado de la ciencia. Ambos exponen al monstruo más terrible: el ser humano mismo.
El desenlace de su primera temporada se presenta mañana por la televisión de paga en México. Sus creadores aseguraron una segunda por la aceptación que ha despertado entre el público. Sin duda porque demuestra que el matrimonio de géneros (la ciencia ficción, el policial y el thriller) es altamente redituable y la mejor manera de capturar la imaginación de los televidentes.

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